Justicia para el caso de Alexander, menor de 2 años asesinado en Los Mochis: Elizabeth Chia

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Es muy frustrante subir a Tribuna para hablar de la violencia familiar, violencia contra las mujeres o violencia contra menores; genera un sentimiento de impotencia, más cuando las autoridades, después de cada hecho registrado, declaran que se implementarán acciones de fondo para combatir este flagelo que erosiona nuestra sociedad.

Las relaciones desiguales dentro del núcleo familiar generan violencia, son cíclicas y pueden ser ejercidas por cualquier miembro de la familia, viva o no en el mismo hogar, estas principalmente pueden ser agresiones físicas, psicológicas, sexuales o verbales, para poder someter o dominar a algún miembro de la familia.

En este círculo vicioso de la violencia, nuestras niñas, niños y adolescentes, son un sector vulnerable ya que se encuentran en mayor riesgo de sufrir maltrato, abuso físico, abandono o hasta la muerte; ellos, desafortunadamente, constituyen el principal problema de violencia familiar, es muy difícil de detectar – si no existe alguna denuncia- porque los principales agresores son la misma familia o personas que se hacen cargo de su custodia.

La violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar e incluso, una causa importante de muertes infantiles; miles de niños, niñas y adolescentes en nuestro país, crecen en un contexto de violencia cotidiana que deja secuelas profundas e incluso termina cada año con la vida de centenares de ellos.

Pero la gran mayoría quedan en el más estricto silencio, y solo las cifras reflejan la dramática realidad: solo en los primeros seis meses de 2022, se produjeron en México 1,272 homicidios contra menores de entre 0 y 17 años; de ellos 322 son contra mujeres y 950 hombres, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Como Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos expreso mi preocupación que nuestra niñez esté creciendo en un ambiente donde las agresiones las consideran normal, ya que los padres la ejercen a diario en su hogar, siendo un receptor de estas agresiones, primero de manera indirecta y después directamente; crecer con estas acciones lo convierten en un adulto agresor.

Hace algunos días celebrábamos la aprobación, dentro de la Agenda Púrpura 64, de las reformas para castigar la violencia vicaria y algunos de los argumentos que expusimos, son:

“Este tipo de violencia intrafamiliar es ejercida normalmente por varones en contra de las mujeres con las que se ha tenido una relación sentimental”.

“La particularidad de este tipo de violencia, radica en que la agresión se ejerce contra hijos e hijas y familiares cercanos para causar sufrimiento y daños psicológicos o económicos”.

“Pareciera que los esfuerzos hechos no dan tregua a la violencia que en todos los sentidos afecta a las mujeres y niños, pero con la Agenda Púrpura damos pasos agigantados en la prevención, sanción y erradicación de la violencia”.

Hoy mi presencia en esta Tribuna es para pedir justicia por el asesinato de Alexander, un menor de 2 años de la ciudad de Los Mochis el pasado 12 de septiembre, homicidio cometido, supuestamente, por la pareja sentimental de la madre, identificado como Juan Carlos quien estaba a cargo del cuidado del menor.

Alexander fue encontrado inconsciente por la madre al regreso de su jornada laboral, Alexander tenía golpes visibles en su cuerpo: “Los médicos revelaron que el bebé presentaba traumatismo craneoencefálico, trauma facial y golpes contusos en el abdomen”.

Las autoridades detuvieron a Juan Carlos, pero luego fue liberado, tras la indignación de familiares y la sociedad, Juan Carlos fue reaprehendido el pasado 15 del presente, la Fiscal del Estado ha señalado que:

“Desde nuestro punto de vista sí, tenemos los suficientes elementos como para que se ejecute el artículo 316 del Código Nacional de Procedimientos Penales, y se le vincule por homicidio calificado con ventaja y con crueldad en contra del bebé de nombre Alexander”.

No sabemos si en este caso existan más involucrados, pero la realidad es que Alexander es una víctima más de esta violencia familiar que hemos padecido por décadas en nuestro estado, poco o nada ha servido la Alerta de Género que se estableció desde el año 2017 y siguen siendo 5 los municipios donde se genera más violencia contra las mujeres, familiares y contra nuestra niñez: Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave y Navolato.

En el Grupo Parlamentario del Partido Sinaloense siempre hemos sostenido que la prevención juega un papel fundamental para combatir todo tipo de violencia, sobre todo la que se genera en el hogar, ya que es ahí donde se originan que las niñas, niños y adolescentes, formen sus cimientos en los valores, pero, además su actitud en la sociedad es un reflejo del ambiente familiar.

De nada sirve que estemos creando instituciones para combatir la violencia en todas sus expresiones si cada día repunta más, pues este año la violencia contra las niñas, niños y adolescentes aumentó un 4.8 por ciento en el primer semestre del 2022, respecto al mismo periodo del 2021.

En el Partido Sinaloense reconocemos la evolución de nuestras instituciones, pero esto no se ve reflejado en una disminución de este tipo de violencia en nuestra sociedad, documentar los asesinatos de niñas, niños y adolescentes no debe traducirse en que las autoridades tienen la situación bajo control.
Recordemos que las niñas, niños y adolescentes representan más de un tercio de la población en el país: más de 33 millones de personas, pero pareciera que no existe una conciencia respecto a esta realidad, no basta con proporcionar apoyos económicos para solucionar este tipo de violencia, se necesitan acciones más profundas.

Lo que está sucediendo en los municipios, en nuestras ciudades, en nuestras comunidades, en las rancherías, en los barrios, en las calles, en nuestros hogares, no lo están viendo las autoridades a pesar de haber señales claras, como Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de este Congreso considero importante y fundamental reorientar los esfuerzos para combatir este flagelo, hagamos un Foro Abierto en donde la sociedad participe, tengamos un Foro en cada municipio que exista la Alerta de Género: Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave y Navolato, para que la sociedad sensibilice sus sentimientos acerca de la violencia, sobre todo cuando todo se violenta a los infantes.

Escuchemos lo que las familias tengan que decir y conocer de su propia voz las posibles soluciones, para que estas se traduzcan en acciones y políticas públicas, fortalezcamos la prevención y evitemos que más niñas, niños y adolescentes sigan muriendo en nuestro Estado.

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